RUSIA.- Parecían una familia de clase media, de esas que no tienen problemas, pero formaban una banda de asesinos. La madre, enfermera, su marido, dentista y sus dos hijas  mataron a 30 personas en los últimos seis años. Para ellos matar era ganar dinero, pero también "una diversión".

La policía rusa demoró años en encontrar a los responsables de las muertes perpetradas en Stavropol, Rostov y otras ciudades del país.

No encuadraban en el perfil clásico de los asesinos. Una familia de clase media sin problemas económicos, que robaban por dinero y porque matar "era como un día de trabajo", según publica Telecinco.

"Se veían como una forma totalmente buena y bonita de familia", dijo Vladimir Markin, del grupo de Investigación ruso .

Sin embargo, formaban una banda que asesinó a 30 personas, entre ellos varios niños y seis policías.

Sus crímenes se remontan a 2009 cuando asesinaron a una pareja y a dos de sus hijas, una niña de 7 años, con un arma semiautomática y a otra de 11, a la que mataron con 37 puñaladas.

También mataron a dos adolescentes, una de ellas emparentadas con Inessa Tarverdiyeva. A  ambas jóvenes les sacaron los ojos antes de matarlas.

Su carrera delictiva culminó luego de que entraran a robar en la casa de un militar retirado en Aksai, Rostov y el asalto terminó en un tiroteo, consigna a su vez The Mirror.

Tarverdiyeva y una de sus hijas,  Anastasiya de 13 años, se entregaron, mientras que el padre huía con la otra hija en una moto.

La policía lo mató de un disparo y la joven asesina resultó herida de gravedad.